Alejandro Troyán es el seudónimo de un artista e investigador transdisciplinario que a los 29 años comenzó a desarrollar la base para una teoría coherente de la creación en el contexto del modelo fractal-holográfico (fractal holographic model, fractal hologram theory, fractal holographic universe, holographic fractal cosmology), nombre que deriva de la geometría fractal y la teoría holográfica del universo. El modelo fracta-holográfico se basa en la teoría de los fractales, que son patrones autosimilares que se repiten a diferentes escalas de organización, desde las partículas subatómicas más pequeñas hasta las estructuras cósmicas más grandes. Todos estos niveles fractales están interconectados mediante una vasta red de información que está codificada de manera holográfica en la frontera que rodea al universo, como la superficie de una esfera o una brana, lo que significa que la información completa del sistema se encuentra en cada una de sus partes. La conciencia sería un aspecto fundamental de dicha interconexión, lo que quiere decir que está enraizada en la estructura de la realidad a un nivel fundamental.
Según Bohm, el universo está compuesto por dos tipos de orden: el orden implicado y el orden explicado. Ambos son conceptos que se relacionan con la estructura y la organización de la información en el universo. El orden implicado se refiere a la estructura subyacente de la realidad, que es la forma en que las cosas están conectadas entre sí. La teoría holográfica del universo sugiere que toda la información del universo podría ser considerada como una “holografía” almacenada en la superficie de su frontera, lo que podría tener implicaciones para la comprensión del orden implicado en el universo. Por otro lado, el orden explicado se refiere a la estructura manifiesta de la realidad. La teoría fractal sugiere que la estructura del universo podría ser considerada como un conjunto de patrones que se repiten a diferentes escalas, lo que podría tener implicaciones para la comprensión del orden explicado en el universo.
La conciencia involucra tanto la intuición como la razón, que son dos formas de conocimiento que se relacionan con el orden implicado y explicado, respectivamente. La intuición es una forma de conocimiento basada en la analogía y en la síntesis, y la razón en la lógica y en el análisis. Es comúnmente aceptada la idea de que el hemisferio derecho está asociado con la intuición, y el hemisferio izquierdo con la razón. Bohm argumentó que la intuición es una forma de conectarnos con el orden implicado, mientras que la razón es una forma de comprender el orden explicado. En otras palabras, la intuición nos permite ver más allá de lo manifiesto y comprender las relaciones y conexiones entre las cosas, mientras que la razón nos permite analizar y comprender cómo se manifiestan esas cosas en la realidad observable. Según Bohm, el orden implicado es el verdadero orden de las cosas, y nuestra percepción del orden explicado es solo una ilusión creada por nuestras limitaciones cognitivas. Nuestra tendencia a dividir el mundo en categorías duales y a ver las cosas de manera separada nos impide ver la realidad tal como es en su totalidad. En su lugar, vemos solo una pequeña parte de la realidad y perdemos de vista la interconexión y la unidad que subyacen a todas las cosas.
Durante once años (2000-2011), Alejandro Troyán ha seguido un patrón específico con el fin de unificar los campos del conocimiento intuitivo y racional. La premisa de su investigación es simple y bella. Postula que los campos holográficos del orden implicado crean patrones fractales al interactuar con el orden explicado, al igual que el hemisferio derecho del cerebro colabora con el izquierdo en la producción de creaciones culturales. Para profundizar sobre esta premisa, Troyán ha desarrollado un método recursivo denominado método holofráctico, que se fundamenta en el modelo fractal-holografico de la realidad. Este método busca aprovechar la interconexión holográfica y la auto-similitud fractal para generar ideas y soluciones novedosas a través de analogías y proporciones matemáticas. Según él, el conocimiento es una red interconectada de categorías duales que se pueden encontrar en diferentes niveles disciplinares, y el método holofráctico propone organizar este conocimiento de manera fractal y holográfica, es decir, de manera que cada parte del conocimiento se refleje en el todo y viceversa. Además, Troyán incluye un manifiesto que promueve una corriente artística denominada el Holofractismo, que está fundamentada en la Estética Holofractal (ver más abajo), un nuevo enfoque estético para la creación del arte que manifiesta la interconexión de las dualidades visuales a través de la proporción áurea, una relación matemática que se encuentra presente en muchos fractales de la naturaleza y en muchas obras de arte, y que se considera estéticamente agradable. Con todo, nos ofrece una manera revolucionaria de ver el mundo que cambiará por siempre nuestras nociones de la realidad.
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